La tradición del tejido en quelgo chilote ingresa al Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial.

Fue la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Cristina Añasco quien informó que “la conocida tradición del tejido en quelgo de Chiloé ingresa al Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial, resaltamos este reconocimiento, decisión tomada, tras las sesiones del Comité Asesor en Patrimonio Inmaterial, instancia consultiva que recomendó al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas acoger las solicitudes ciudadanas presentadas por las comunidades cultoras”.

La tradición del tejido en quelgo, en la isla de Chiloé en la región de Los Lagos, corresponde a un sistema de conocimientos y técnicas de producción textil que conlleva la obtención y procesamiento de la lana de ovejas, posterior urdido e hilado, para finalmente realizar el tejido gracias al uso de un telar de madera posicionado de forma horizontal sobre el piso, llamado quelgo o quelgwo, el cual le otorga el nombre a esta práctica.

Este sistema mantiene vigencia desde tiempos remotos, posible herencia prehispánica presente en el archipiélago de Chiloé. En el campo o ciudades de Chiloé, las mujeres producen sus tejidos gracias a una estructura en madera y un set de otros instrumentos como el huso, la rueca y el asta que sirven para conseguir el hilado, y piezas como el ñerewe y parampawe, que sirven para  ir apretando el tejido en el telar.  La práctica ha generado una identidad entre sus practicantes y familias,  representando un símbolo de la cultura chilota tradicional.

El modo de vida asociado a las labores de campo en Torres del Paine es esencia de la identidad local y refiere a un conjunto de actividades rurales en torno a la ganadería de ovinos y bovinos que geográficamente se ejecutan principalmente en las estancias ganaderas de la comuna Torres del Paine en la región de Magallanes y la Antártica Chilena, y otros sectores de la comuna que antiguamente pertenecieron a estancias como la villa Río Serrano.

Hombres y mujeres de campo tienen distintos roles como: ovejero, puestero, campañista, cocinero y realizan distintas labores como arreo, adiestramiento de perros ovejeros y vaqueros, amanse de caballos, esquila, señalada, técnicas artesanales (talabartería y artesanía en lana de oveja), alambrado, entre otros, algunas de forma individual y otras colaborativamente como el arreo y la esquila, habiendo quienes se especializan en alguna labor y otros que realizan varias de ellas.

El modo de vida vinculado a estas labores se complementa con las actividades cotidianas como matear y jugar truco, además de un estilo particular de vestir y un lenguaje “campero”. Involucra el compartir historias, memorias, saberes ancestrales y contemporáneos, tecnologías, herramientas, arquitectura mayor y menor, léxico particular, vestuarios, usos y costumbres, de adaptación creativa a geografías y climas extremos, usos festivos y religiosos, gastronomía, producción, conservación y preparación de alimentos y muchos otros rasgos culturales . Muchas de estas personas han nacido en el campo y aprenden las labores por transmisión de generación en generación y también por enseñanza durante el desarrollo de los trabajos.

 

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