Vecinas de Caulín y Pugueñún terminaron cursos con Oficina de la Mujer

Cuatro grupos de los sectores de Caulín y Pugueñún terminaron novedosos cursos liderados por la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Ancud.

Se trató de los grupos “Las Camelias” de Pugueñún, que aprendieron chocolatería; del grupo los “Mañíos” que aprendió repostería; El grupo “Esperanza” de Caulín, que se capacitó en conservas y finalmente el grupo “La Esperanza” de Pugueñún, que aprendió telar en clavo.

La certificación de estos talleres se realizó el pasado jueves en la escuela de Pugueñún, ante la presencia de la alcaldesa Soledad Moreno, quien durante este mes ha asistido a diversos cierres de cursos, que son toda una experiencia para las mujeres que participan de ellos.

Como es el caso de María Paredes del grupo Las Camelias. “Nos costó un poco, pero se hizo con todo cariño, y salió todo bien parece, hasta el momento nuestra asesora nos dijo que lo último que hicimos solas, nos salió igual que lo que ella nos enseñó así que estamos conformes, toda nuestra agrupación. Lástima que tenemos una de nuestras compañeras enfermitas, pero ojalá que se alivie pronto”, comentó la vecina sobre el curso de chocolatería.

Carmen Nancucheo, del grupo La Esperanza de Pugueñún, se manifestó satisfecha por todo lo aprendido en el taller de telar en clavo. “Muy bonita, estamos todas muy contentas con el taller, hicimos hartos trabajos y esperamos vender lo que hemos hecho porque hemos hecho harto, para poder vender en el verano, si es que tuviésemos esa posibilidad”.

También hubo hombres que participaron de las capacitaciones. Uno de ellos, Ramón Yentzen, aprendió a hacer galletas, entre otras cosas, en el taller de repostería. “Galletas de aceite, galletas de miel, pan de pascua, justo ahora que viene la navidad, así que mi experiencia aunque estuve pocas veces algo aprendí”.

Finalmente del grupo de conservería, Sandra Manosalva, dijo que quedaron con ganas de seguir aprendiendo. “Nos gustaría saber más en cuanto al ajo, porque nuestro fuerte es eso. Don Alfredo (Guetelicán), nos decía que podíamos aprender el deshidratado, eso nos gustaría. Pero conforme con el taller, y agradecer al municipio, en especial a la señora Soledad, a la sra. Patricia (Barrientos), que siempre tienen la voluntad de atendernos cuando llegamos a la oficina de la mujer”, expresó la vecina, quien como muchas, disfrutó de este proceso de aprendizaje, el que continuará impulsándose el próximo año a través del municipio de Ancud.

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