Calidad en educación parvularia

Escribe  Oriele Rossel C.   ,Directora Ejecutiva Fundación Integra

Los cambios propuestos por la Reforma Educativa en el nivel parvulario van más allá del aumento de salas cuna y jardines infantiles, implica también una nueva y esperada institucionalidad que reconoce y posiciona a este nivel como un pilar fundamental en el desarrollo de las futuras generaciones.

Avanzar en el acceso universal, es avanzar desde una política focalizada a una garantía de derecho para la primera infancia y visibilizar a los niños y niñas en las políticas públicas; es avanzar a un Estado garante. De ahí, también la creación del Consejo Nacional de la Infancia que se encargará de coordinar a los distintos organismos, impulsar iniciativas integrales y establecer una nueva relación del Estado con los niños y niñas, fundada en el respeto de sus derechos.

Otro énfasis es mejorar el coeficiente adulto-niños en sala cuna, de ahí la necesidad de contar con profesionales y técnicos idóneos y competentes, así como con apoderados participativos y mejores ambientes físicos educativos.

Cabe destacar que los estándares y criterios de calidad se miden en las interacciones cognitivas y afectivas que se dan en el aula y, también en características de infraestructura, modalidades de atención flexible y acorde a las necesidades de las familias y en ambientes que promuevan el bienestar integral de niños y niñas. Estas temáticas son muy relevantes y se trabajan desde las instituciones prestadoras en coordinación con el Ministerio de Educación.

No por generar opciones para que más niños puedan acceder a jardines infantiles y salas cuna se está abandonando la calidad de la educación que se entrega. Al contrario, el trabajo va de la mano y está directamente relacionado, ya que la inclusión, diversidad de orígenes, tipos de familias y otros, son un aporte directo a la calidad educativa y a una sociedad más tolerante y justa.

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