“El Padre José dejó una huella difícil de olvidar entre los chilotes y su partida nos conmueve, pues él representa lo mejor de una institución como la Iglesia Católica y a su aporte a nuestras comunidades”. Con estas palabras, el Diputado Gabriel Ascencio se sumó a la consternación y tristeza que existe en muchas comunidades de Chiloé por la muerte del sacerdote belga, nacionalizado chileno, José Mairlot.
“El no fue un cura de misas nada más, se preocupó de acompañar a la gente, de visitarlos, de compartir con ellos sus alegrías y penurias; se puso al servicio de la gente más humilde, de quienes estaban solos y que a veces no podían defenderse. El presenta lo mejor de una Iglesia comprometida con la gente de Chiloé, con su desarrollo y se le va a echar de menos a este sacerdote que recorría los canales y los campos de Chiloé cuando era muy complicado hacerlo y el aislamiento en la zona era aún más complejo que lo que es hoy. Tuve la suerte de compartir muchas veces con él y da gusto recordar el cariño que la gente le tenía y el cariño que él también entregaba a las personas con quienes compartía”, dijo el Diputado Gabriel Ascencio.
“Me alegro de haber contribuido en mis primeros años como parlamentario a que el Padre José obtuviera de parte del todos nosotros, representados por el Estado, el honor de ser uno de los nuestros, es decir chileno, pues por opción desde hacía muchos años él ya era chilote, pero le falta obtener la nacionalidad chilena que por gracias la obtuvo por unanimidad en el Congreso Nacional”, dijo por último el Diputado Ascencio, al recordar al Padre José Mairlot, quien este lunes falleció en Santiago.