DECLARACIÓN PÚBLICA ROTARY CLUB ANCUD

Rotary Club Ancud no quiere permanecer ajeno a la contingencia que vive nuestra región con ocasión de la existencia de la marea roja, que afecta tan gravemente la vida cotidiana de los extractores de mariscos y pescadores de nuestra provincia y, consciente de la urgencia en encontrarse soluciones a este conflicto desatado, no puede menos que reflexionar acerca de las causas que lo generan, causas que tienen su origen en la conducta humana y la errada priorización de políticos y gobiernos de turno, de allí que emite la siguiente declaración pública, preparada por el socio Carlos Sovier Vega, quien ha utilizado para su redacción  las siguientes fuentes:

La carta del jefe indio Noah Sealth, 1854

Entrevistas publicadas a Matías Asun- Greenpeace

Evaluaciones de desempeño ambiental- CEPAL.OCDE

La Agonía 1.0 y 2.0. Programa Marino • Fundación Pumalín • Publicación Nº 1 Diciembre de 2012

Chiloé. Zona de catástrofe.

Una de las pocas cosas que nuestra constitución consagra es el derecho a vivir en un ambiente limpio, sin embargo no tenemos una legislación ni fiscalizacion adecuada que nos permita el fomento de su cuidado a nivel colectivo ni individual.

Este asunto, requiere urgencia en su abordaje. Otro tema, es ver cómo estamos haciendo la distribución de los recursos y qué estamos haciendo para que esos recursos generen riquezas, y no empeoren las dificultades. Fundamentalmente en cuestiones como la pesca, la agricultura, silvicultura y minería, en donde las  empresas están generando tremendas ganancias a costa de las comunidades y del medio ambiente en que ellas están insertas.

Sin embargo, es preocupante que el mundo político  diga que hay que conciliar desarrollo con crecimiento económico y que a la hora de las decisiones prioricen los resultados económicos de  las grandes empresas por sobre la conservación del hábitat de las personas.

Y es que Sustentabilidad ambiental con crecimiento económico no se pueden conciliar, no hay desarrollo futuro sin sustentabilidad. Es una condición básica del desarrollo. Sacrificar nuestro hábitat, para poder tener mejor hábitat, es un sin sentido. Pero como tradición y herencia de un país desigual, por privilegiar la acumulación de riqueza, bienes y servicios para ciertas zonas y personas, hemos dejado botados a otros que deben sobrevivir con lo que les toca y/o queda. Y a muchos les tocan empresas abusadoras, que sin reconocer tradición, historia ni ecosistemas, y con ayuda del Estado, depredan, poniendo en un altar las utilidades y  justificando su quehacer con el conocido “chorreo” hacia los más pobres.

Es el imperio del interés privado sobre el bien público, con bendición del congreso y aplausos de los gobiernos de turno.

Otra cosa relevante es la necesidad de más políticas de fomento de la sustentabilidad a nivel de consumo, ya que a nivel individual, tampoco consumimos ni desechamos responsablemente.

También requerimos de mejor fiscalización, de estandarización macro de aquellos indicadores que nos sirven para defender la calidad del medio ambiente (porque eso es lo que está en la Constitución), y compararnos con los países de la OCDE a los que pertenecemos, tratando de mejorar la calidad de vida medioambiental, así como los esfuerzos para integrar el medioambiente en las políticas económicas y cumplir con todas las recomendaciones realizadas en las evaluaciones de desempeño ambiental que se han hecho en el país.

“Lo peces no conocen fronteras, el medio ambiente no tiene fronteras. Lo sabe cualquier persona con sentido común”.

Chile necesita entonces incluir en la reforma a la Constitución, garantías para los componentes de nuestro hábitat, considerándolos como bienes públicos y garantizar que todos tendrán acceso a ellos y el derecho de participar en las decisiones que los comprometen. Las cuentas públicas deben siempre considerar el manejo medioambiental.
Hay contaminaciones que conocemos y otras que no conocemos. Miles de formas de hacer desagradable el medio ambiente y muy poco apoyo al desarrollo del mundo científico que podría ayudar en el mayor conocimiento de esto.  Los movimientos sociales por definición, no hacen los cambios, los exigen y en un sistema democrático lo que se espera es que las autoridades elegidas, tomen las decisiones adecuadas.

Sin embargo, no vemos que haya voluntad de parte del poder político y económico, en nuestro modo de habitar el planeta. Tampoco vemos que la legislación respecto al medioambiente abandone el pensamiento servil y obsoleto, que condiciona el desarrollo a la desregulación ambiental y se aplique sin pasar por encima de los derechos de las personas que han habitado por años las diversas localidades de nuestro país. Debemos de una vez por todas aprender que “no hay manera correcta de hacer lo incorrecto”.

Parafraseando al Gran Jefe Seattle Noah Sealth debemos entonces reflexionar y preguntarnos: “¿Dónde está el bosque nativo? Destruido.

¿Dónde está nuestro mar? Contaminado.

Así termina la vida y empieza la supervivencia.»

HERNÁN AUDE CONTRERAS

PRESIDENTE ROTARY CLUB ANCUD

RICARDO WAGNER BASILI

SECRETARIO ROTARY CLUB ANCUD

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