Una gran labor cumple la escuela Hospitalaria en Ancud.

Las aulas hospitalarias, recién el año 1999 fueron reconocidas por el Ministerio de Educación en la categoría de establecimiento educativo. Esto quiere decir que desde esa fecha forman parte del sistema educativo chileno, lo que les permite acreditar los estudios de los alumnos que allí participan.

 

El objetivo de esta unidad –inserta en el Servicio de Pediatría del recinto- es, en la medida de lo posible, mantener una continuidad de los menores, generalmente en edad de estudio, con su rutina escolar diaria, para no desarraigarse en demasía de su vida normal. Para ello, los profesionales que allí trabajan les ofrecen alternativas de mantenerse activos en este ámbito, por supuesto sin entorpecer su proceso de recuperación.

El diseño de estas escuelas Hospitalarias y su programa a nivel nacional  permite acceder todos los niños, niñas, estudiantes y adolescentes que estén en situación de enfermedad sin exclusión, no importando origen, escuela de origen, tipo de previsión, lo importante es contar con la autorización de los padres y la derivación del médico del hospital, consultorio, Cecosf, pudiendo optar a una atención ambulatoria, atención de mediana permanencia o como alumno permanente y por el tiempo que demande su condición de salud.

La Escuela Hospitalaria de Ancud funciona desde el año 2016 bajo la dependencia de la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención al Menor y cuenta con una pequeña sala en la sección de Pediatría del hospital local, han funcionado con 5 alumnos permanentes, perteneciendo exclusivamente a esta escuela. Actualmente trabajan dos Profesores de enseñanza básica y uno de enseñanza media que está disponible cuando se requiere de sus servicios, pues normalmente son niños de enseñanza básica los que necesitan este apoyo.

La interacción que surge entre los profesionales y las familias, y entre las familias mismas, permite que los padres conozcan las realidades de otros estudiantes, produciéndose una red de apoyo que da pie al intercambio de información y a sentir que no están solos dando la lucha por la enfermedad de sus hijos.

El profesor de la Escuela Hospitalaria, visita cada 15 días a Heidi González Barría del sector rural de Duatao de Ancud, quien tiene un diagnostico de daño pulmonar crónico, inmunodeficiencia, atelectasia crónica y asma infantil, según certificado emitido por servicio broncopulmonar infantil del Hospital de Puerto Montt, lo que la expone a riesgos de infecciones severas, no pudiendo asistir durante todo el primer semestre a su escuela Sol del Pacifico de Pilluco. El docente, Sergio Pérez, señalo al respecto que “la función principal es entregar educación gratuita y de calidad a los niños, jóvenes y adolescentes que por razones de enfermedad no pueden continuar sus estudios de manera regular y son los médicos quienes los derivan para recibir esta atención. La escuela hospitalaria de Ancud, atiende a niños que están hospitalizados en situación de mediana o larga permanencia y así aportar a este proceso de enfermedad del paciente estudiante sin causarle niveles de estrés, básicamente hacemos una especie de terapia y actividades curriculares como pintar, dibujar, música, repasar contenidos, lectura, comprensión lectora, juegos lógicos matemáticos, preguntas de ingenio, es decir, tratar de mantenerlos cognitivamente activos e intentar alivianar un poco su estadía dentro del hospital y en casos especiales nos contactamos con la familia y apoyamos el proceso educativo visitando su hogar ya sea en el sector urbano o rural de la comuna”.

Por su parte, la madre de Heidi, Pamela Barría Barría, destaco que “ella está en la escuela de Pilluco, pero falto como seis meses porque sufre de neumonías y por mucho tiempo solicitamos que un profesor venga a la casa, pero lo médicos no firmaban los papeles. Ahora mi hija espera con ganas al profesor cuando avisan que vendrán y se alegra pues se entretiene mucho, estamos contentos porque ella no tiene que salir de la casa y tiene ganas de aprender a leer”.

Este es un trabajo que se ve recompensado con la alegría de los niños y sus familias, cuando ellos incorporan algo nuevo en su día a día y aprenden a normalizar las limitaciones derivadas de sus enfermedades.

Lo que se busca con este modelo de educación es integrar a todos los estudiantes a su proceso formal de escolaridad. Esto les permite regularizar su situación de vida, ya que los niños deben recibir educación y así se evita el síndrome del “hospitalismo” (mirada fija al techo), un trastorno que aparece en los niños cuando son separados de sus familias para ser internados. Actualmente hay unas cuarenta escuelas de este tipo en el país.

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